Las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) constituyen un grupo de enfermedades que se producen en el aparato respiratorio, causadas por diferentes microrganismos como virus y bacterias, que comienzan de forma repentina y duran menos de 2 semanas.

Recomendaciones generales

  • Evite el contacto con personas con gripa. Los enfermos deben utilizar tapabocas y mantener las manos limpias con un correcto lavado de manos con agua y jabón.
  • Utilice alcohol glicerinado para la higiene de manos.
  • Ventile a diario la casa y habitación.
  • Si el niño tiene más de seis meses de edad, proporciónele alimentos recién preparados de alto contenido nutricional y energético (frutas, verduras y carnes), estos deben darse en pequeñas cantidades, ofreciéndoselos más frecuentemente (cada dos o tres horas). Continúe también dándole leche materna.
  • Si es un bebé menor de seis meses, suministre solamente leche materna en mayor cantidad, por lo menos 10 veces al día. Si rechaza el pecho, se deben dar líquidos adicionales mientras vuelve a aceptar la leche materna, el médico o enfermera le indicará cuáles son los líquidos recomendados.
  • Evite la presencia del niño en ambientes para fumadores.
  • Para aliviar el dolor de garganta dé a su hijo bebidas aromáticas o té. Si es mayor de dos años suminístrele miel.
  • Dele frutas y verduras que contengan vitaminas “a” y “c” (naranja, guayaba, fresa, uva, zanahoria, tomate, espinaca y brócoli).
  • El niño debe tener una comida extra hasta 2 semanas después que pase la enfermedad. Realice los lavados nasales que le ensañaron durante la hospitalización para mantener las fosas nasales destapadas.
  • Cuando el niño se enfrente a cambios bruscos de temperatura, protéjalo y cúbrale la nariz y la boca.
  • Enseñe a estornudar: ponga un pañuelo desechable sobre nariz y boca al toser o estornudar, bótelo y lávese las manos
  • La hidratación es la clave para controlar la enfermedad y evitar mayores complicaciones.
  • No suministre medicamentos, antibióticos o jarabes para la tos a menos que sean formulados por el médico.

¿Cuándo consultar con el médico?

  • Aumento en la frecuencia respiratoria o respiración rápida, por encima de lo normal. Identifica que la nariz del niño se abre más de lo normal al respirar.
  • Observa que el niño hace un mayor esfuerzo para tomar aire.
  • Observa que al niño se le hunden las costillas al respirar.
  • Identifica presencia de ruidos extraños al respirar o “le silba el pecho”.
  • No quiere comer o beber y vomita todo lo que consume.
  • Temperatura mayor de 37,7°C en menores de 1 año y 38°C en las demás edades. Irritabilidad.
  • Decaimiento y somnolencia.
  • Ataques o convulsiones.